Hoy me permito extrañar(te).

Desde que te deje ir no me permito extrañarte.
Con el tiempo me di cuenta que aunque lo intentara, ya era imposible.
No sé si es porque te he olvidado o porque solo te quería para que me escucharas y como dejaste de hacerlo, acabe por no necesitarte.
Pero hoy, te echo de menos. Y no solo echo de menos que me escuches sino todo de ti.
Hoy, que no sé a quién recurrir a pesar de que me rodean personas de confianza, aunque no estés aquí, hoy solo te quiero a ti.

Para desahogarme contigo.
Para ahogar mis penas contigo.
Que me leas o escuches.
Que estés ahí para mí.
Que me abraces y permanezcamos en silencio.
Que me quieras de nuevo, como antes. Al menos por ese corto período de tiempo en el que necesito.

Y que al final, cuando termine de contarte todo, cuando el abrazo acabe, me dirijas un par de palabras o una mirada para demostrarme cuanto me has extrañado porque en ese momento, deseo que me lo digas para poder decirte que sí, que yo igual, yo también estuve extrañándote.

Hoy, cuando la nostalgia me consume, siento que solo eres tú, el ser capaz de lidiar con la montaña rusa emocional que se ha apoderado de mí.

Hoy, siento que solo tus chistes pueden hacerme reír.
Tu risa puede devolverme la paz.
Tu mirada puede transmitir la tranquilidad que anhelo.
Conversar contigo puede hacerme olvidar y así solo centrarme en ti, en tu voz.
Abrazarte puede transportarme a otro mundo, me dejará perderme en ti.

Pero hoy, hoy solo me permito extrañarte porque no vas a volver. Y no importa durante cuántos días te extraño o durante cuantos días no lo hago, solo se que no vas a volver. Y que todo lo que anhelo revivir, permanecerá hasta el anochecer, hasta que caiga en los brazos de Morfeo y no solo me permita extrañarte sino además, dejarte entrar en mis sueños e imaginar que, por lo menos una última vez, estamos juntos de nuevo.


Inseguridades



Un texto del baúl. Escrito en  mayo de 2016,
por Génesis Ojeda.


Todos nos sentimos inseguros acerca de algo. Todos seguro sienten cierto desagrado u odio por alguna parte de su cuerpo o personalidad.

No creo que las inseguridades sean malas del todo. Solo lo son cuando permitimos que nos dominen. Cuando los "defectos" destacan más ante los ojos propios que las virtudes.

Ahora pregúntate. ¿te gusta eso? ¿te gusta ver solo lo "malo" que hay en ti? ¿no te gustaría dejar eso atrás y concentrarte solo en tus buenas cualidades? Te hablaré un poco de mi y luego respondete esas preguntas a ti mismo.

Antes, no soportaba siquiera hablar sobre mis defectos o virtudes, les aborrecía y odiaba escuchar comentarios positivos o negativos sobre ellos, viniera de quien viniera.

He cambiado. Ahora se apreciar lo bueno (y malo) que hay en mí.

Descubrí lo que me gusta de mi cuerpo, de mi personalidad y de mis gustos. 
Aprendí que si no me gusta algo y tengo la oportunidad, puedo cambiarlo. Como mi sonrisa, por ejemplo. 
Valoro mis supuestos defectos porque me hacen recordar que nadie es perfecto, porque me pueden servir en algún momento y porque me hacen querer ser la mejor versión de mí, cada día.

¿Sabes que más aprendí?

Que más que quererse a sí mismo, hay que poner la opinión propia por encima de cualquiera cuando se trata de formar tu autoestima y el yo ideal. 
Tu debes ser quien quieras ser. No dejes que los prejuicios, comentarios, críticas o ideales de tus padres, amigos, profesores, familiares o demás conocidos te cambien, quieran hacer de ti lo que ellos deseen ni dejes que te adentren en el molde ideal que seguramente han creado para ti a través de los años.


No dejes que nadie ate o corte tus alas. Eres libre de volar a donde quieras y cuando quieras.

Sé tu mismo.
Haz lo que quieras hacer.

Nada te hará sentir más feliz que eso.

De los nervios al temor y del temor a la frustración.

De los nervios al temor y del temor a la frustración,
por Génesis Ojeda.

Todos tienen algo de toxicidad en sí mismos. Ya sea a través de personas cercanas que no hacen ningún bien o sentimientos y emociones que privan de vivir grandes acontecimientos y/o experiencias. Según Stamateas (2012), hay quince (15) emociones tóxicas que pueden estar presentes en los individuos. Algunos solo se identifican con una, dos o quizás varias de ellas pero sea cual sea el número total, este debe volverse un rotundo cero porque para sentir plenitud física y emocional, es elemental radicar las emociones tóxicas o disminuir lo más posible su toxicidad.

A continuación, se explicará cómo es para Génesis convivir con tres (3) de las quince (15) emociones mencionadas por Stamateas: la ansiedad, el miedo y por último, la frustración.

Todos los individuos de este mundo, son víctimas de sus elecciones y las consecuencias de estas. Algunas acciones traen consecuencias positivas y otras, negativas. Todo depende de lo que escojamos y de cómo lo llevemos, es decir, cómo se reacciona.

La ansiedad se puede dar por pensar demasiado en el futuro, cercano o no, la ansiedad se vuelve tóxica cuando los pensamientos tienen una perspectiva negativa. Se torna una mezcla de miedo y ansiedad por lo que no ha ocurrido y se desconoce si realmente pasará. La mayoría de las ansiedades no permiten que los individuos disfruten su vida plenamente porque les paralizan, afectan su mente y su cuerpo a tal punto que se piensa que todo saldrá mal. Es ahí donde se une y se da el círculo vicioso del miedo, aquel que se retroalimenta por culpa propia. El miedo empieza por un momento donde algo asustó o no salió como se esperaba y luego se empieza a temer pasar por situaciones similares, hay nervios y temor ante lo que pueda ocurrir y si es algo reciente, se entra en estado de vigilancia constante donde todo en el entorno es sospechoso y hay una sensación de que "no se está seguro" en ninguna parte, quizás se acepte el miedo pero no se hace nada para cambiar aquello o parece una idea casi imposible y se consiente que el miedo crezca, que domine y cohíba de vivir sin él. También llega a suceder, y es una experiencia constante en la vida de Andreina, que la ansiedad le impida hacer algo correctamente y le afecte a tal punto de tener síntomas fisiológicos como mareos, migraña, dolores en el cuerpo, entre otros. Le teme al futuro y cuando todo no ocurre como lo desea, se molesta, se frustra y entra en un estado de despreciarse a sí misma porque no logró satisfacer alguna necesidad o deseo.

Temer no está mal. Estar nervioso por algo, tampoco. El problema está y radica en dejar que estas emociones dominen el ser y le carcoman por dentro e impiden vivir la vida que se desea. El deber ser, es aceptar que se tiene miedo, el reflexionar acerca de esto y buscar soluciones que permitan controlar o superar el miedo en cuestión. Hay personas, como Andreina que le temen a los insectos, al fuego, a quedarse totalmente solos (aunque no significa que sea dependiente de otros) y de muchas cosas más. De pequeña, solía gritar si veía alguna cucaracha y alguien tenía que encargarse del problema porque ella se veía incapaz de afrontarlo por sí misma. Los nervios del momento y además del temor que este le hiciera algo, le dominaban y no permitían que esta reaccionará. Es ahí donde debe haber un cambio, donde ella no solo tiene que aceptar su miedo sino afrontarlo, ya sea eliminando a lo que le hace daño o de otra manera, en este caso, podría matar al "insecto" y si algo así vuelve a ocurrir, hacer lo mismo.

"No le tengamos miedo al miedo"

"El coraje no es la ausencia de temor, sino la capacidad de actuar a pesar de este"

Tener miedo, estar nerviosos y frustrarnos porque algo no sucede como se espera. Es normal, es parte de la vida. ¿Y sabes que también forma parte de la vida? El poder de cambiar el destino. Este poder no es más que el valor, el coraje, las ganas y la capacidad de una persona para ir a través de un camino luchando por lo que quiere, el caerse y volver a levantarse. Andreina cuenta como hace más de un año le tocó decidir donde estudiar, decidió irse lejos, a dos horas exactas del lugar donde había vivido por 16 años, tendría que vivir ahí durante la mayor parte del período escolar y llevar a cabo uno de los mayores desafíos de su vida hasta ese momento, vivir sola. Es una joven que a esas alturas no sabía hacer demasiadas tareas del hogar o por lo menos no por sí sola, a pesar de los nervios y de la ansiedad que llevo consigo durante las semanas antes del suceso y cuando la universidad comenzó, los miedos también se hicieron un espacio en su vida. Temor a la cocina, a la universidad, a los exámenes, al estar sola, al viajar sola, a la ausencia del sistema eléctrico, a las fuertes lluvias (aunque ella las ama), entre muchas otras cosas. El no lograr lo que deseaba, como cocinar algo sabroso o el no tener el tiempo suficiente para realizar todo adecuadamente, empezó a frustrarla a tal punto que lloraba por ello. Se exigía demasiado a sí misma y esto solo causaba más frustración. No fue fácil superar aquella situación pero a través de ayuda de terceros y su misma colaboración, se logró dar cuenta como de tóxica era la situación y aceptando los problemas, buscando soluciones lentas pero eficaces y pensando de manera positiva, logró mejorar su rutina a tal punto que se siente bien y todo está "yendo sobre ruedas".

El secreto está en observar las dificultades como fuentes de mejoría personal y a los problemas como oportunidades para crecer en todos los ámbitos que conforman la vida del ser humano. El conocerse, quererse y tener seguridad en sí mismo, el pensar positivo, el hablar con alguien de confianza acerca de lo pasa, la energía que se tiene día a día para enfrentar cualquier cosa, el recordar cómo has salido victorioso de otras situaciones, el reconocer los errores propios, el no renunciar a tus metas y seguir adelante a pesar de todo, son claves para que las emociones tóxicas no sean parte de ti. Andreina se encuentra en paz consigo y feliz de la vida que tiene gracias a estas estrategias, así que queda de parte de cada persona hacer un cambio en su vida para mejorarla.

"Cuantas más ganas tengas de superarte y sanar tu interior, mejor preparado estarás para alcanzar nuevas fuerzas con las que seguir adelante".

Perspectivas que cambian.

Durante años creí que ser hija única era lo mejor que me podía pasar; luego tuve una hermana, y esa perspectiva cambio para siempre.

Hace unos meses, específicamente en julio escribí un texto dedicado a mi hermana menor y antes de continuar, voy a compartirlo.


Piensas que ser hijo único es lo mejor que te paso en la vida, hasta que tienes un hermano.
Ella es Camila, es mi hermana, la enana como le digo yo. Y saben, a veces creo que ni yo misma soy consciente de cuanto la amo.
Amo su sonrisa, su risa, sus ojos y todas las palabras con sentido o no que salen de ella. Amo verla mientras come chocolate o cuando come cualquier cosa por si sola, porque esta grande y así mismo te lo hace saber. Amo cuando raya lo que no debería porque pone esa carita bonita mientras te dice que fue ella y además, no puedes resistir el disculparla. Amo como le da vida a sus juguetes, a sus peluches y el cariño que le tiene a estos últimos. Amo todo de ella, incluso los pocos "defectos" que he notado porque todo esto y más, la hacen ser lo más hermoso y tierno del mundo ante mis ojos. Que Dios te de vida y salud para que crezcas y seas feliz. Dios me de lo mismo a mi para verte y estar a tu lado.
Lo escribí en un momento de nostalgia, había regresado a la rutina universitaria después de haber pasado un par de semanas en mi hogar, con las personas que más amo y también a quienes más extraño cuando no les tengo conmigo.

En cambio hoy escribo para ella con un sentimiento distinto. Cada letra que fluye a través de mis dedos, proviene de mis pensamientos llenos de orgullo y felicidad absoluta. Mi alegría es ella, mi hermana.

Hace un mes aproximadamente que mi pequeña con sus 2 años y medio ingresó en la guardería, aunque estoy lejos la mayor parte del tiempo y que no llego a compartir ni 7 días al mes con ella, me afecto bastante el ver como empezaba esta nueva y como de bien le estaba yendo. Estaba conmocionada. Es increíble ver lo rápido que crece, cuanto aprende en mi ausencia; y cuanto me muestra cuando estoy vuelta.

Cuando voy camino a casa, sé con certeza que mi día va a mejorar al llegar. Sé que la luz en sus ojos y la sonrisa que me da puede disminuir el peso de todo lo negativo que pudo haber ocurrido durante los días anteriores. Sé que la alegría que ella siente es casi tan grande como la mía. Y sé, que nos amamos más de lo que la otra pueda siquiera imaginar.

Me impresiona lo rápido que crece y me entristece el no estar siempre presente. Pero me hace feliz saber de sus logros, de sus pequeñas batallas ganadas y el compartir con ella tanto como puedo.

Sus victorias son mis victorias y las mías son las suyas.

Su risa, sus bromas, su inocencia, su inteligencia, toda ella. Ella es el remedio perfecto para cuando me siento mal, es la medicina perfecta para cualquier dolor. Ella es un factor motivacional que día a día me lleva a ser mejor, el ser un buen ejemplo para ella me da parte de la energía y valor que necesito para seguir adelante.

Antes de ella, llegué a pensar que la atención familiar, el cariño y todo lo material que recibía era suficiente; pero entonces llegó ella. Inesperadamente llegó y lo cambio todo.

Al principio fue duro pero los bebés tienen ese algo especial que te induce a amarlos. Como en el capítulo de Los Padres Mágicos donde hay unas criaturas tan hermosas y tiernas que todos los aman. Bueno así son los bebés, igualitos diría yo.

Me costo aceptarla en mi vida, más de lo que la gente que no me conocía en ese momento se imagina e incluso no todos los que me conocían lo saben o lo vieron. La rechacé mientras estaba en el vientre de mi mamá y me negué a verla cada mes. Al nacer me negué a cargarla, no me importaron las quejas, los regaños o las charlas que me daban. No la quería y punto. Pero luego me quedaba a solas con ella y la veía, la empecé a ver sonreír, a ver sus ojos llenos de tanta luz, como crecía, como comenzó a sentarse y poco a poco se ganó mi corazón. Y más que eso, se ganó mi alma.

Cada quien afronta las situaciones a su manera, quizá la mía no fue la correcta pero supe sobrellevar todo al final. Entendí que su presencia es para toda la vida, que iba a tener que compartir absolutamente todo con ella. Iba a introducirse a mi vida y a cambiarla, la dejé hacerlo. Porque pare de verla como una intrusa o como algo negativo, cosa que creí por un lapso largo de tiempo. Consciente o inconscientemente, tomé una buena decisión.

Hay veces donde suelo preguntarme que sería de nuestra familia sin ella y siempre me respondo que no seríamos los mismos, no seríamos tan felices como lo somos. Pero justo ahora me pregunto que sería de mi específicamente sin ella y no lo sé. Aunque pienso que sería muy diferente y que probable no sería ni la mitad de lo feliz que soy hoy, ni tendría tanta motivación de estudiar, de seguir adelante y de ser alguien porque no la tendría a ella. Tampoco tendría a quien joder, hacer reír, enseñarle cosas o para yo aprender de ella.

Mi vida sin mi hermana estaría libre de peleas típicas de hermanos, de 'te quiero' silenciosos, de abrazos con gran emoción y sentimiento, estaría libre de risas sin sentido. Libre de 'po favo', 'salud', 'a hambre', 'a beso', 'aja', 'a bello', 'a sueño', 'te amo', 'fea tu', 'ayasa tu', 'e extraño', 'a dibuo', la pronunciación más tierna de mi nombre, 'echi'. Sería una vida que estaría libre de muchas palabras, acciones, momentos y recuerdos. Una vida que no quisiera experimentar jamás.

Amo su existencia. Amo que su existencia haya coincidido con la mía.
Amo ser su hermana, que sea mi hermana.
Amo tenerla en mi vida.
Amo cada rasgo de ella, la amo por completo y estoy absolutamente agradecida por su presencia.

Espero que ambas y nuestra familia tengamos muchos años más de vida para disfrutarnos que jode.

Que siga creciendo, siendo feliz, aprendiendo y desarrollándose.
Yo voy a estar ahí para ella en cada etapa de su vida.
Para apoyarla cuando solo necesite que esté ahí.
Para ayudarla cuando así lo desee.
Y voy a amarla, en esta vida...
Y en todas las demás.

Reseña de la serie Mr. Robot (primera temporada).


Durante el ultimo par de semana tuve la oportunidad y tiempo de ver una serie con bastante popularidad que nos recomendó un profesor para una clase. No pude verla en ese momento para lo que debía pero me llamo tanto la atención que la descargue y me la vi.

 Con una trama que siempre te mantiene a la expectativa y con un amplio contenido psicológico, Mr. Robot es, al menos para mí, una de las mejores series de esta época.

Si no la han visto... No sigan leyendo y busquen este post cuando lo hayan hecho o lean en este momento si no les importa leer spoilers. Habrá muchos. 

Hoy empecé la segunda temporada y debo decir que me tiene tan enganchada como la primera.

Desde el comienzo sabía que me iba a encontrar con un trastorno de parte del protagonista por lo que estaba atenta a cada detalle para ver como lo representaban y me retaba a mi misma a identificar los signos y síntomas.

 Elliot padece de ansiedad y fobia social (no voy a extenderme mucho en eso). Y algo que los espectadores pueden descubrir al principio, durante la serie o al final de la primera temporada cuando el secreto es desvelado es que además presenta un trastorno de identidad disociativo. Y Mr. Robot no es más que otra estado de personalidad de Elliot, su alterego. (En esto si que pienso extenderme, so better get ready)

Él es Mr. Robot. Él creo a Mr. Robot (por decirlo de alguna manera).

A raíz de todos los eventos que ha presentado durante su vida, el crear (inconscientemente) una personalidad nueva y distinta le permite al individuo hacer todo aquello que su antiguo yo se hubiese negado o expresar lo reprimido. En la serie, Elliot busca vengar la muerte de su padre y por ello, desea acabar con Evil Corp. Para mí, Elliot posee tal rencor por Evil Corp que sintiéndose incapaz de tomar la venganza por sí mismo, se ve en la situación (repito, inconscientemente) de tener otro estado de personalidad que le permita llevar a cabo sus planes.

El tener varias personalidades, dos en el caso de Elliot, es similar a ser dos personas dentro de un mismo cuerpo porque cuando uno domina por completo al sujeto, la otra parte de sí es casi incapaz de saber lo que sucede, ahí ocurre la amnesia disociativa, un síntoma del trastorno. Elliot no reconoce sus amnesias, lo que es normal en individuos con trastornos disociativos, el es consciente de la situación cuando ciertas circunstancias lo llevan a darse cuenta que no podía recordar información valiosa de sí mismo.

Los sujetos con trastorno de identidad disociativa también presentan intrusiones en su conciencia, desde voces hasta pensamientos, emociones e impulsos y ocurre tal alteración que tienen la sensación de que su cuerpo o acciones no les corresponden a sí mismos. Siguiendo el ejemplo que mencione más arriba, hay dos personas dentro del mismo cuerpo y por ende, siempre habrá uno que domine más, cuando es la personalidad central del individuo la que queda en segundo plano, este se siente un observador despersonalizado de su propio ser.

Elliot olvida ciertas situaciones en las que Mr. Robot toma el control mientras que él pierde total contacto con la realidad, como también están los momentos donde ambas personalidades están presente y disputándose quien va a dominar al sujeto. Dos conciencias peleando por un mismo cuerpo, son momentos desconcertantes y vividos en forma egodistónica.

La amnesia disociativa se manifiesta de tres formas: lagunas en la memoria, se olvidan datos vitales de la persona como períodos de la niñez o eventos importantes; eventos recientes, como lo que sucedió ayer o el haber realizado alguna acción; descubrir evidencia de sus acciones, como el desastre que uno deja luego de buscar algo pero no recuerda el haber realizado esa búsqueda. En la escena donde Elliot recuerda a su hermana, se puede identificar esa laguna de memoria que recién mencione y si, había olvidado que tenía una hermana.

Otro aspecto interesante es que Elliot consume drogas pero según los criterios diagnósticos del trastorno, ninguno de los síntomas que he mencionado se le pueden atribuir al comportamiento bajo consumo. No pienso meterme con eso aunque pienso investigar, por curiosidad y para aprender un poco más.

Un aspecto curioso de este trastorno es que entre los estados de personalidad suelen haber nombres y características físicas diferentes entre sí. Mr. Robot es la personificación del padre de Elliot, y si se preguntan por ese nombre, así se llamaba la tienda de computadoras que su padre tuvo años atrás.

Ellior va al psiquiatra pero este no es muy abierto con ella, cosa que ella le recrimina en varias oportunidades, tipo "si no hablas, no puedo ayudarte Elliot". Pero al final, le confiesa lo que es, un hacker y que la ha hackeado a ella.

El final... Los últimos tres episodios de la primera temporada, son lejos, de lo mejor que he visto. Él cree que su padre esta vivo hasta que es consciente que no es real y que lo que ve no es más que su otro yo, Mr. Robot.

Elliot tiene una larga y dura historia familiar que se va descubriendo, y el va recordando, poco a poco. En efecto, su ansiedad y fobia social pueden ser consecuencia de esas experiencias previas.

Terminando, admito que me atrajo bastante Tyrell y una de sus escenas con Elliot, en la que le comenta lo fascinado que se sintió matar a alguien. Solo pude pensar "este tipo esta loco" y sin duda lo esta. Algo tiene y espero poder descubrirlo más adelante.

Hay tanto de esta serie que llama la atención, la mayoría de lo que vemos en ella vale la pena analizarlo, desde lo tecnológico (pero con eso no me meto) hasta lo psicológico que se muestra.
  
Espero que la vean en el caso de que no lo hayan hecho y que no me odien por el spoiler. Si ya la han visto, compartan sus opiniones conmigo, si quieren y pueden.

También espero haberles contagiado un poquito mi cariño por esta serie.

-Génesis. 

Momento desagradable, incomodidad y molestia.

Me he dado cuenta que suelo empezar mis posts con un "hoy..." porque empiezo a hablar de alguna experiencia personal que haya tenido lugar momentos antes y este día tan bonito (pero con un momento tan desagradable en el), es la excepción.

No sé si les ha pasado que alguien comienza a reírse y ustedes saben perfectamente que la risa es por ustedes. Bueno, a mi sí. Y es algo que al principio no me molesta, pero... sí, siempre hay un pero. Se vuelve molesto cuando no te dicen el porqué, cuando todos en el grupo empiezan a saber el motivo de las risas menos tú, cuando es algo que te afecta y no son capaces de comentarte nada. 

Un ejemplo es cuando algo está mal en tu apariencia, como que la blusa esta al revés, te despeinaste y pareces un espantapájaros o tienes algo en algún diente. 

¿Por qué reírse y reírse sin comentar lo que está sucediendo? Después uno se molesta o se siente mal y tienen el descaro de preguntar el porqué. 

No está bien. Si quieres reírte bien, pero por lo menos coméntale a la persona lo que está sucediendo, ya verá si resuelve la situación o deja todo como esta. Pero reírse de algo que el sujeto en cuestión desconoce, no es correcto y mucho menos si son cercanos. 

Me incomoda y molesta más que me oculten las cosas por insignificantes que sean, a que me las cuenten. Eso sí, uno tiene que saber decir las cosas. Cuidar la prosodia de nuestro lenguaje, para ser honesto hay que conocer a la persona con quien se está tratando. 

En serio, este es un post bastante tonto y lo reconozco pero es mejor desahogarse que reprimir la molestia.

Feliz comienzo de semana. 


En un mismo día, un antes y un después.

Un antes y un después. 

Cada día es una experiencia distinta, ya sea por lo que hacemos, por el ánimo que tenemos o por cómo reaccionamos ante los estímulos que nos abordan durante el estado de vigilia. 

Hay días de alegría, días de tristeza, días de nostalgia, días de dudas, entre muchos otros.

Y sí, todos llegamos a tener malos días. Todos pasamos por ratos no tan agradables a nuestro parecer. 

Para mí por ejemplo, hoy ha sido un mal día pero agradezco un par de cosas entre tanto mal: Estar viva, estar sana y tener la oportunidad de aprender de las experiencias no muy gratas.

El día de hoy ha estado colmado de dudas, dudas que empezaron cuando un par de cosas no salieron como quería y esperaba. Admito que no me gusta dudar, al menos no de mis acciones porque las dudas son inseguridad, una inseguridad que me llena y contamina. 

Durante parte de la tarde y la noche he infectado mi mente, dudando de lo que estoy haciendo, de si voy por buen camino o de si es realmente mi camino, de si estoy haciendo lo correcto, de si esto es realmente lo que quiero hacer y de si soy o seré buena en lo que quiero. 

Mi seguridad decae mientras me hago esas preguntas porque pongo en juicio mis capacidades.

(Tiempo después…)

Y luego de haberme recriminado durante horas, reflexioné.

Me di cuenta que estoy permitiendo que asuntos insignificantes me afecten a tal punto de cambiar mi estado de ánimo y hacerme sentir miserable, eso no está bien. No debo atribuirle esa característica a situaciones que no lo ameriten.

No todo va a ocurrir como quiero que ocurra, no siempre voy a tener los resultados que quiero pero no por eso voy a tirar la toalla. No voy por eso voy a dudar de mí, no voy a rendirme y abandonar mis metas, no quiero ni debo. 

Debo confiar en mis capacidades y habilidades para afrontar los obstáculos del día a día, debo mejorarles en caso de no ser lo suficientemente buenos y fuertes pero no debo abandonar la lucha. 
No debo ahogarme en un vaso de agua por una mala experiencia o por un mal día en general.

Porque…

Está bien sentirse mal por un momento. Lo que no es correcto es que la inseguridad y el miedo permanezcan mucho tiempo o van a interferir en el juicio que uno tiene de sí mismo y del entorno.

También está bien tener miedo a fallar y está bien no ganar siempre. El que algo no salga como esperamos y “fracasemos” nos frustra, nos entristece y nos llena de sentimientos de culpa. Pero cuando tomas plena conciencia de la situación, lo ves desde otra perspectiva, la culpabilidad desaparece, la frustración disminuye y la tristeza se convierte en ganas de superación. 


Lo que a mí me paso hoy me tomó desprevenida y eso es común, suele ocurrir con los fracasos o las “malas” experiencias. A mí me tomó horas adoptar una postura diferente para poder sacar provecho de la situación; en cambio, hay personas que tardan días, semanas, meses e incluso años. Todo depende de que tan grave sea la situación y en el tiempo que nos enfrasquemos en el problema. 

Así que cuando algo vaya mal, puedes ir y ahogarte en tus penas por un momento, o  lo que prefieras. Pero luego procura mirar todo desde una perspectiva diferente y verás que logras sacarle provecho a cualquier situación que se te presente. 

La vida son experiencias. La vida es aprendizaje. La vida es vida y hay que vivirla.



Nuevo reto, uno un tanto peculiar

A comienzos de esta semana, una profesora nos mandó a realizar una actividad un tanto peculiar. pensé realmente que solo sería un ensayo pero cuando puso esa sonrisa típica de "no saben lo que les viene" supe que no sería eso sino algo que probablemente no me agradaría del todo. No me equivoqué.

Depende de ti

En las últimas semanas me he dado cuenta que todos tenemos más rasgos en común de lo que pensamos. Y hay una característica en específico que nos está destruyendo; puesto que, nos denigramos más de lo que nos valoramos. Sí, en serio. Internamente, nos recriminamos lo que hacemos mal, nos desvalorizamos cuando algo no sale como queremos o no nos vemos como creemos que debemos vernos, hay frustración porque la realidad propia no es similar a lo “ideal”. Lo expresemos o no, seamos conscientes de ello o no, es un sentimiento que está presente y con el que la mayoría de los sujetos no han aprendido a lidiar. (Me incluyo, por ahora pues estoy aprendiendo a lidiar con esto último).

Así que, aquí estoy

¿Cómo es la vida de esos que no escriben? ¿Sienten una opresión en el pecho o un dolor punzante en su cabeza por todo lo que no han dicho?

Génesis, como el principio

Génesis Ojeda.

20 años. Estudiante de Psicología. Fangirl hasta el final. Procrastino, leo, como y duermo. Aventurera reprimida. 

Empecé a escribir hace tres años aproximadamente (en 2013) en una página de Facebook que llamé "Corazón de Piedra", estuve ahí durante más de un año y luego lo fui dejando para concentrarme en otros aspectos de mi vida. Retome la escritura hace unos meses en la aplicación Wattpad pero sentía que me estaba faltando algo, que no estaba escribiendo acerca de todo lo que deseaba escribir, así nació este blog. 

En "Génesis, como el principio" habrá un poco de todo. Desde ideas que pasan por mi mente una sola vez o pensamientos recurrentes y que deseo compartir, también encontrarán entradas sobre psicología, conocimientos significativos que estoy adquiriendo durante mi formación como psicólogo.

El nombre del blog... "Génesis, como el principio" viene de algo bastante peculiar pero que suele pasarme con regularidad al conocer a alguien por primera vez. Cuando me presento y digo mi nombre, suelo recibir el comentario de "Como el primer capítulo de la Biblia" o "Génesis como el principio de todo". Así que sí, el título del blog surgió de la cotidianidad de una presentación. 

A pesar que el blog este en gran medida narrado desde mi perspectiva, es probable que algunas veces se sientan identificados, eso es bonito y está bien, somos seres humanos y a pesar de no haber dos iguales en el mundo, tendemos a tener ciertas características o rasgos en común.

Sin más nada que decir, espero que disfruten la lectura de cada entrada del blog tanto como yo disfrutaré de escribir.