A diario comprobamos que los prejuicios de la sociedad afectan indiscriminadamente a todo tipo de personas. Sin importar la índole social, color de piel u orientación sexual.
Avanzando en ese razonamiento y enfocándonos en las sustancias y los consumidores, se tiene que el estigma social de la droga es significativamente negativo por lo que toda persona que se drogue es rechazada y percibida como un ser inferior o como una persona con hábitos desadaptativos. Pero, ¿es correcta esa perspectiva? ¿es correcto juzgar a quién se droga? Profundicemos un poco en el tema.