Eres suficiente


Era joven, era hermosa y no lo sabía.

Una inocente niña, que gran actitud poseía.

Pero todo a la mierda se iba, cuando sus inseguridades aparecían.
Se encorvaba y no sonreía.
Solo reía entre dientes, pues así nadie la veía.
Odiaba sus piernas, pues por ellas, monita le decían.
Lloraba de noche y también de día.
Era hermosa, pero aquello lo desconocía.
Fueron años de llantos y burlistas.
Y aunque pasaban los años, las inseguridades seguían.
Continuaba odiándose, a pesar de que ya nadie la ofendía.

Un día se dijo, eres suficiente, basta de tonterías.

Se miró al espejo y se dijo, basta de cobardía.

Siguió mirándose, sintiéndose hermosa y por primera vez, lo aceptaría.
Comenzó a cambiar, a hacer pequeñas mejorías.
Eres suficiente, a diario se decía.
Pasaba el tiempo y la confianza en sí misma crecía.



Ya no había llantos ni burlistas.

Solo había una chica, que gran actitud poseía.

Y que por fin, confianza en sí misma tenía.


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