Hoy hice algo que temía, salir de mi zona de confort. Y también hice algo que ame pero eso no va al caso.
El día de hoy alguien decidió sacarme de mi zona de confort. Lastimosamente no lo hizo de una buena manera y eso para mí fue razón suficiente para molestarme y querer mandar todo a la porra.
Yo soy de esas personas que hasta conscientemente se niega a salir de su zona de confort la mayoría de las veces, más aún si alguien me lo pide o exige. Así que por supuesto que no voy a tener una reacción positiva si alguien decide exigirme tal cosa de forma brusca y autoritaria, como pasó hace unas horas. Y sí, el mecanismo de defensa lo tengo a millón cuando se trata de mantenerme dentro de mis límites de comodidad.
La molestia, el shock, un vomito verbal de excusas o incoherencias, un nudo en la garganta o una rabia con lágrimas son las posibles reacciones que manifiesto cuando alguien o alguna circunstancia busca hacerme salir de mi zona de confort, es probable que sea más de una respuesta y que ocurran de forma simultanea o tan seguida la una de la otra que ni me dé cuenta, al igual que es típico que olvide parte de lo que paso pero esto se debe a que mi cerebro decidió bloquear dicha información.
Hoy mi primera impresión fue el shock porque no me esperaba que justo esa persona me hablará de esa forma, luego me moleste excesivamente porque no me gusta que me hablen con tal hostilidad y casi hubo un vomito verbal pero fue cruelmente interrumpido antes que siquiera empezara. Y en parte agradezco al Señor que el nudo en la garganta y el respirar (ejercicio excelente a mí parecer para calmarse cuando se está en crisis de ansiedad o estrés) no me dejaron hablar o reaccionar porque si lo hubiese hecho, quizá habría terminado diciendo incoherencias mientras lloraba por lo molesta e insultada que me sentía.
Lo cómico fue, y es por eso que escribo el post, que no me sentí mal cuando me sacaron de mi zona de confort. No le agarre el gustico a esa situación en concreto pero se sintió bien, apropiado y no hubo incomodidad alguna después que deje de lado mi molestia inicial.
Si hay algo que he aprendido estudiando esta carrera, es que, es bueno salir de nuestra comodidad y vivenciar que hay más allá. Pero eso sí, los profesores tienden a encontrar aquello que te molesta o duele para probarte y a su vez llevarte a aquello que desconoces, que ignoras y que no te has atrevido a experimentar.
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